Si las elecciones dominicanas de 2016 fueran un largometraje cinematográfico, serían una película muy aburrida. Los personajes son poco creativos, la trama es predecible, los diálogos desgastados y los protagonistas...
Si las elecciones dominicanas de 2016 fueran un largometraje cinematográfico, serían una película muy aburrida. Los personajes son poco creativos, la trama es predecible, los diálogos desgastados y los protagonistas carecen de la fuerza histriónica para mantener la historia interesante. Esta sería un blando “thriller” político porque no hay nada por descubrir.